UNA AGRESION INNECESARIA

Juego rugby hace más de 20 años. Todos los entrenadores que tuve me repitieron que lo más importante de todo es conservar la filosofía del rugby, los valores. Lo más importante es que con el rugby se hacen amigos. Creo en eso y cuando me tocó ser entrenador también lo repetí.
El otro día al finalizar el seven en Noregon vino una persona y manifesto en voz alta "disfruta este titulo, hijo de puta" y acto seguido le aplico un golpe en el rostro a nuestro compañero Gustavo Wilson. Y luego de unos minutos volvio a agredirlo, esta vez, verbalmente. No se me ocurre una sitación más reñida y distante de los valores, de la filosofía del rugby que lo sucedido. Entre adultos los problemas personales se resuelven de esa manera, personalmente. Los problemas personales no se llevan ni a los entrenamientos. Ni se resuelven con los resultados de un partido. ¿Cómo se le explica a los jugadores que después de un partido se debe saludar al ocasional contrincante si alguien que estuvo afuera de la cancha, insultando durante la toda la jornada a varios jugadores de Cumbres, terminado el partido, aplica un cobarde golpe de puño a alguien que estaba saludando?
A mí me enseñaron que al rugby se juega "con" tal equipo, no "contra" tal equipo. Son valores del rugby la lealtad, el compañerismo, la valentía, no la provocación, el insulto y el manoseo. Es un orgullo para todos los que participamos del rugby la tolerancia que se vive, en comparación a otros deportes, entre incluso tradicionales rivales. El CASI y el SIC no necesitan policía que contenga energúmenos que no entienden de que se trata el deporte, y que después del espectáculo salen a provocar y a revanchar problemas propios. No podemos permitir que la atmósfera del ámbito que nos convoca, el rugby, lo decidan personas violentas e intolerantes. Si no, no hablemos más de valores, ni de filosofía y empecemos a contratar a la policía para los partidos.
Jaime Aguayo "Jimmy"